Y aunque esa cifra impresiona, lo verdaderamente importante no es el número, sino el impacto detrás de él.
En estos años, hemos capacitado a miles de trabajadores. Hemos acompañado a empresas grandes y pequeñas, en momentos de expansión, de crisis, de inspecciones y de accidentes. Hemos ayudado a prevenir riesgos, a formar técnicos responsables, a generar cambios reales. Y, sobre todo, hemos salvado vidas.
Puede sonar exagerado. Pero no lo es. Cada vez que enseñamos cómo usar correctamente un arnés, cuando un ATS evita un error, cuando una capacitación cambia la actitud de un supervisor, estamos protegiendo algo más que el cumplimiento de una norma: estamos cuidando a alguien que tiene familia, sueños y un futuro.
Sigamos adelante.
No porque tengamos que crecer, sino porque todavía hay muchas vidas que necesitan lo que sabemos hacer. No importa en qué país estén ni desde dónde trabajemos: PRAIND ha salvado vidas en diferentes países y ha formado equipos diversos, con colaboradores de distintas nacionalidades que comparten un mismo propósito. Porque cuando el compromiso es real, las fronteras desaparecen y la seguridad se vuelve universal.